Por Alberto Estévez Piña
En el particular escenario de la ciudad episcopal de Tuy, con sus plazas de sabor castrense, casas blasonadas y singular catedral almenada, todo contrapunto de la serena belleza de sus calles escalonadas hasta el mismo pie del río; en este paisaje mágico del Miño, amparado de los fuertes vientos por las cumbres de los montes Aloya y Faro, se dieron los sucesos más escalofriantes de la represión franquista que ensangrentó la primera semana de la Guerra Civil en Galicia; evidente freno sin paliativos a la modernización que Galicia había experimentado en los años anteriores.
Tuy, antigua capital histórica de Galicia, símbolo de la resistencia a las fuerzas franquistas rebeldes, último reducto de la honrosa legalidad republicana, cae el día 26 de Julio en manos de los militares sublevados quienes, con el terror y la muerte, serán siempre el mal ejemplo de incipientes días negros, de luchas y amarguras de la clase trabajadora y de la política dominada por el miedo de la represión. Sí. Un vendaval de acontecimientos verdaramente increibles de un pueblo machacado.
La historia de la ciudad de Tuy a lo largo del pasado siglo, tiene características especifícas: con la ausencia de ricos y grandes propietarios; una pequeña burguesía de comerciantes que vivieron siempre, muy especialmente, de los vecinos protugueses; un Teatro estilo italiano, un Casino, una Sociedad Artística, una Sociedad de Tenis, tres farmacias, cuatro médicos; pequeñas industrias con pocos obreros, cuatro serrerías, una fábrica de galletas "La Peninsular," fábricas de cerámica; un Cuartel de Carabineros y de la Guardia Civíl, la dotación del guardacostas "Cabo Fradera," todo ello era motor de su principal economía, sin olvidar la gran procesión de beneficiados, canónigos y obispo, con cerca de trescientos alumnos en el edificio del Seminario, que estudiaban por libre, aportando actividad económica, hospedándose en numerosas casas particulares y en las de huéspedes existentes en la ciudad.
Las fuerzas progresistas en la ciudad en 1936, estaban formadas por el PSOE, así como otra formación de Izquierda Republicana, y una más modesta del Partido Galleguista. Por el bando de la reacción se alineaban los lerrouxistas, la CEDA y unos cuantos falangistas, que creían vivir en la clandestinidad, pero eran bien conocidos por las autoridades.
En la tarde del 20 del mismo mes, se inicia en Galicia la sublevación militar, lo que hace que se forme un Comité de la Defensa de la República, sin llegar a proclamarse el bando de guerra tras el alzamiento africano. Este Comité Cívico controló con efectividad ejemplar el normal desenvolvimiento de la vida cotidiana de Tuy. Mientras, en estos primeros seis días, en las principales ciudades, pueblos y aldeas "liberadas" de Galicia se comienzan los "paseos" las represalias a los familiares de los muertos; en la ciudad tudense continuaban abiertas las puertas de las iglesias, los comercios, las casas de comidas y los bares no interrumpiendo su actividad ningún colegio.
El Comité de Defensa de la República se formó en Tuy el día 20 de Julio, participando en él el alcalde Guillermo Vicente de Santiago, el médico socialista y presidente del Frente Popular Hermenegildo Losada, el panadero Gumersindo Rodríguez, representante de la CNT y verdadero mártir de la libertad, quién había pasado buena parte de su vida en la cárcel por su ejemplar actividad en defensa de los trabajadores; Manuel Romero González, propietario de una importante ferretería, que fue asaltada y robada; el dr.Ulpiano B. Piña, farmacéutico, que igualmente sufrió el expolio de todos sus bienes ( de su farmacia, de su laboratorio farmacéutico, de su residencia con todo su mobiliario) , además de una increible sanción política impuesta por el Gobierno de Burgos de QUINIENTAS MIL PESETAS; ( Por el Pazo de Meirás, se pagó años después, cuatrocientas cincuenta mil pesetas).
En los ocho días que duró la actuación del Comité Civico, apoyado por las fuerzas de carabineros y la dotación de la Cañonera "Cabo Fradera," el orden fue absoluto; no hubo ningún detenido en la cárcel; únicamente se entregó un sacerdote en el palacio episcopal a disposición del señor obispo, don Antonio García y García. Se trataba del cura párroco de Budiño, porque cuando fueron los obreros a requisar las armas que tuviera, para la defensa de la ciudad, el clérigo les dijo: "Esperen un momento," y de pronto, con una escopeta de caza, disparó contra los obreros a quemarropa, quedando uno de ellos herido.
En las elecciones de febrero de 1936, que dieron la victoria al Frente Popular, el incidente más notable, fue registrado la detención del capitán Peñarredonda, un legionario que había intentado asaltar, pistola en mano, a los ciudadanos que llevaban las actas de las elecciones, que más tarde sería, uno de los principales culpables de los cerca de trescientos asesinatos, entre paseados y fusilados en la comarca tudense cometidos en los primeros días de la reoresión franquista, y ello sin contar los crimenes que realizó más tarde en la batalla del Ebro, con el grado de coronel. Según Jorge M. Reverte, : " El coronel Peñarredonda, él sólo se bastaba, para aplicar la sentencia definitiva cuando los prisioneros de las Brigadas Internacionales caían en sus manos". Ni que decir tiene que el tal Peñarredonda fue el primer alcalde franquista de Tuy.
En el boletín de la diócesis de Tuy, corresponsiente al último semestre de 1936, el obispo don Antonio García y García dice: "Poner en tela de juicio la legitimidad del alzamiento militar nacional, sería como poner en tela de juicio si el sol es o no esplendoroso," y a continuación expone que no hubo excesos del Frente Popular de Tuy, circunstancia que atribuye a la piadosa intervención de San Telmo : "El señor libró a la Diócesis de Tuy de TODO DESMAN ANTIRRELIGIOSO. Ni un sólo sacerdote ó religiosa ó seminarista fue muerto ó herido ó en otra forma personalmente atropellado. Ningún templo ni capilla, casa religiosa incendiada ó destruida ó perjudicada su fábrica. Ni un Sagrario, ni una imágen, ni un altar, ni un ornamento profanado. Ni el menor robo, ni siquiera de un cepillo. En verdad, grande ha sido, grandísima, la misericordia del Corazón Sacratísimo de Jesucristo sobre esta diócesis, sin duda por la intercesión del Apóstol Santiago y San Telmo, patron celestial vigilantísimo de la ciudad y diócisis de Tuy." Hay que recordar que para nada sirvió este escrito publicado por el obispo tudense... no fue oído, no fue escuchado.
Defensa de la ciudad
Debe señalarse, que el Comité Civico constituido había solicitado permiso al obispo para montar un hospital de emergencia en el seminario que atendiese a los posibles heridos, aprovechando que este se encontraba sin seminaristas por estar de vacaciones. Después de haber obtenido la autorización, el primer trabajo abordado fue inventariar los muebles y utinsilios existentes en el edificio, para asegurar que nada desapareciese; la tarea fue encomendada a las Juventudes Socialistas y en particular a los jóvenes Manuel Cela Diz, y los hermanos Álvarez Blázquez, José María, Alfonso y Emilio.
El 25 de Julio, una batería del XV Regimiento ligero salió de Pontevedra y se unió en Porriño a un destacamento procedente de Orense, con morteros y ametralladoras, con el fin de tomar la ciudad de Tuy, último baluarte del Gobierno legitimo en Galicia. El combate había comenzado sobre las diez de la mañana y los paisanos armados con escopetas cargadas con municiones de cazar conejos se desesperaban al ver la inutilidad de sus armas, que lo único que hacían es ruido. Los obreros, los carabineros y marinos lucharon valientemente, logrando hacer desistir a los franquistas de sus propósitos de tomar la ciudad y, sobre las cinco de la tarde, los defensores, con granadas de mano de fabricación casera, causaron el susto necesario para hacer correr en desbandada las fuerzas sublevadas.
Al día siguiente, 26 de Julio, volvieron los rebeldes con refuerzos de seiscientos hombres y artillería pesada. Los defensores habían terminado todas las bombas caseras. Los carabineros y marinos se habian quedado sin municiones, por que parte de los obreros escapan al Monte Aloya por su parte las fuerzas militares se retiren a sus cuarteles, pensando quizás, que así no podrían acusarles de resistencia. El capitán de carabineros, don Marcelino Rodríguez Blanco, que no había aceptado fugarse a Portugal, a pesar de habersele entregado un salvoconducto que posiblemente no le sirviese de mucho, se hizo responsable de la actuación de las fuerzas a sus órdenes, lo que no pudo evitar que, junto con él, fuesen ejecutados en Tuy el 16 de septiembre de 1936 sus compañeros, así como los miembros del destacamento y dotación de la lancha "Cabo Fradera", cumpliéndose la sentencia dictada por el Consejo de Guerra. Puestos en capilla y, previos los trámites de degradación de aquellos a quienes correspondía tal imperativo legal, a las seis de la tarde, en la alameda de Tuy, fueron fusilados, mártires de la libertad, el capitán de carabineros, don Marcelino Rodríguez Blanco, el maquinista de la armada, don Luis Rey Diaz y el maestre, don Eduardo Gallart Ruiz. En este mismo grupo, fueron fusilados los brigadas de carabineros, don Laureano Dónis Martínez y don Agustín Pérez Rodriguez, el sargento del mismo instituto, don Juan Mayoral Hernández y los carabineros, don José Fernández Novoa, don Benito Tabajón Muñiz, don Enrique Ros Samatier, don Eulogio Moreno Luna, don Andrés Coscollano Fose, don Emilio Osuna Molinés, don Francisco Arenal Martín y don Antonio Medina Salmerón. Al teniente de Navio señor Varela, que igualmente había sido condenado a muerte, se le redimió la causa, con veinte años de cárcel.
FRAGMENTOS DEL SUMARIO DE LA CAUSA NUMERO 529 (1)
Don Maximino Méndez Varela, Teniente de Infantería, en situación de retirado y Juez Instructor nombrado por el Comandante Militar, para la formación del presente procedimiento por el Comandante Militar, para la formación del presente procedimiento, nombra como secretario, al sargento de infantería, don Teodosio Baquero Fortes, 28 de Agosto de 1936.
Dictamen Auditoriado y Decreto de la Autoridad judicial de la 8º División. Iniciada la presente causa para esclarecer las responsabilidades de los elementos dirigentes del alzamiento comunista en armas contra las fuerzas del Ejército Nacional de Tuy y sus contornos y practicadas las oportunas investigaciones, el Juez acordó la apertura de la causa en juicio sumarísimo contra Antonio Alonso Rios, Hermenegildo Losada Lureiro, Guillermo Vicente de Santiago, Manuel Romero González, Ulpiano B. Piña, José Felipe Muñoz, Jesús González González, José Pérez Alonso, ausentes actualmente y en paradero desconocido, a fin que dentro del término de dos días, que empezarán a contarse desde el momento de la publicación de esta requisitoria, comparezcan ante este juzgado Militar, apercibido de que de lo contrario serán declarados rebeldes... "
DENUNCIAS Y MAS DENUNCIAS.....
Entre las muchas denuncias realizadas por escrito, firmadas y rubricadas, forma parte de un enjendro de folios que tienen hoy, una necesidad : Conocerse... Por ejemplo, el informe del Jefe de Policia, en que dice lo siguiente: "Hermenegildo Losada, Médico, pro Socialista, ha sido uno de los principales del movimiento, asumiendo las funcioness de Alcalde en alguna ocasión, ordenando registros domiciliarios y dando órdenes... Manuel Dominguez León, afiliado a la izquierda republicana, de los más significados, parece ser que estuvo en las trincheras armado... Julio FernándezFernández, figuraba como afiliado al Frente Popular y, se dedicaba a dar ordenes que recibía de los dirigentes del movimiento de resistecia a las fuerza del Ejército.- José Felipe Muñóz, oficial de Correos, de afiliación comunista, también tomó parte activa en el último movimiento, siendo individuo muy peligroso."
DENUNCIAS DE LA FALANGE DE TUY
Veamos las denuncias de la Falange tudense, primer e intusiasta organismo delator, sobre la actuación de los médicos don Alejo Diz Jurado y don Darío Álvarez Limeses- "Por los sucesos acaecidos en esta ciudad días pasados y muy especialmente el 26 de Julio. " "Tengo el honor de poner en conocimiento de V.S. que como autores principales se encuentran detenidos en la cárcel de este partido, don Alejo Diz Jurado y don Darío Álvarez Limeses. El primero figura siempre en todo movimiento subversivo. Cuando se trató de tomar precauciones para impedir la entrada de las fuerzas militares que tomaron la ciudad, el señor Diz Jurado ofreció y facilitó sin reparo ni resistencia su casa habitación, donde tenía además instalada su clínica, dejándola a disposición de las milicias comunistas y consintiendo se introdujesen en su casa una gran cantidad de bombas explosivas para arrojar al ejército en su entrada..."
Más : " Guillermo Vicente de Santiago, alcalde de esta ciudad, ha sido igualmente uno de los principales dirigentes del movimiento; asumiendo por razones de cargo mucha actividad. Recogida de armas, comestibles y firmar vales... distinguiéndose como directivo de izquierda Republicana durante los días del movimiento, Manuel Romero González, comerciante, afiliado al Partido de Izquierda Republicana durante los días del movimiento fue también uno de los principales dirigentes. El Dr. Ulpiano B. Piña, farmacéutico, afiliado al Partido Socialista, también se distinguió notablemente durante los días del movimiento, siendo según rumores un sujeto muy peligroso..."
DENUNCIAS DEL ALCALDE PEÑARREDONDA
En un oficio del Alcalde de Tuy, don José Peñarredonda, se informa sobre antecedentes de varios encartados. Los daños y antecedentes que llegaron a conocimiento de dicha autoridad con referencia a los dirigentes del movimiento, son los siguientes.- Hermenegildo Losada Loureiro, Presidente del Frente Popular, Antonio AlonsoRíos, Diputado en Cortes; Guillermo Vicente de Santiago, Alcalde de Tuy; Dr. Ulpiano B. Piña y Manuel Romero. Todos participaron en la ocupación de armas y viveres. Facilitando el señor Romero las armas y explosivos que tenía en su establecimiento y llevando algunos de estos al Seminario, donde los elementos del Frente Popular instalaron su cuartel...
TESTIGOS ESPECIALES (2)
Entre los muchos testigos de cargo contra las autoridades republicanas hay dos que serían fundamentales. Se trató de dos mujeres sin la mínima preparación, que estamparon sus huellas digitales con el dedo pulgar de la mano derecha.. La primera, Victoriana Potí, viuda de Manuel Rodríguez, quién contestó a la pregunta sobre una posible reunión clandestina afirmando " Que en la huerta propiedad del señor Jaso, en la noche del diecisiete de Julio y a las once de la noche aproximadamente, al cerrar el gallinero que tiene pegado a la propiedad del señor Jaso, la testigo oyó las deliberaciones de toda aquella gente y que, algo confusas y sin poder concretar específicamente más que lo queha dicho, sacó la impresión, de que trataban de organizar la "degollina" de gentes derechistas de Tuy para el momento de victoria..." "Teniendo la impresión de que trataron de organizar la rebelión de las masas marxistas afecta al Frente Popular, en todo el distrito para oponerse a la acción del Ejército Nacional." Preguntada, si recordaba algún nombre de los que asistieron a la reunión, dijo que sí, que además de los ya citados, se hallaba Guillermo de Santiago y José Alonso Martínez (Ya fallecido). Y algunos otros que no recuerda; todos ellos se hallaban alrededor de una mesa, sobre la cual había dos botellas y varios vasos, cuya mesa y grupo pudo distinguir claramente por hallarse alumbrado por un foco eléctrico que prendía de un árbol bajo el cual se hallaban; dice la declarante, que escondida tras el muro, oyó que iba estallar de un momento a otro la revuelta. Señaló la impaciencia, de Francisco Guinde (Ya fallecido), que proponía proceder inmediatamente a efectuar detenciones y muertes de personas derechistas; el Gumersindo ( Ya fallecido) por el contrario, opinaba que se debía esperar en el momento de la victoria. Se acordó que llegado el momento, era necesario proceder a la detención y muerte inmediata de todos los sacerdotes, incluso de Señor Obispo."
Preguntada si había presenciado los acontecimientos en las calles de Tuy y quienes a su juicio, eran las personas que dirigían las operaciones de armas, las masas y demás organización de aquel movimiento contra las fuerzas del Ejército, contestó: " Que había visto todo lo que ocurrió en la calle por hallarse dedicada a sus ocupaciones habituales de vendedora de frutas y hortalizas." Dijo: "que las personas que dirigían todo aquello eran el Diputado Alonso Rios, el médico, Hermenegildo Losada; Guillermo Vicente de Santiago y el Dr. Ulpiano B. Piña; el Maestro de Obras, Serafín Fernández Costas, José Felipe Muñóz, Manuel Romero González, Gumersindo Rodríguez y Antonio Seoane ( Estos tres fallecidos)." Como elementos dirigentes de gran actividad y acción, aunque, de menor jerarquía que los anteriores -dijo- la declarante, que consideraba a Enrique Jaso (Padre e hijo, el padre ya fallecido), Fernando Martínez, José Alonso Martínez (Fallecido), Manuel Méndez Niño(Este ya juzgado en consejo de Guerra) Julio Fernández Fernández y Serafín Fernández Costas; Alonso Ríos y otros estuvieron en incesante actividad, hasta el medio día del 26 de Julio, en que ya próximas las tropas, abandonaron precipitadamente la ciudad."
Declaraciones de la testigo Clotilde Rodríguez, viuda de José Costas Fernández, fallecido en acción de Guerra, el día 27 de Julio, al hacer frente a las fuerzas del Ejército. "Dice conocer a casi todos los encartados, por haber tenido todos ellos estrecha relación política con su difunto esposo y que tiene en este caso interés de ayudar a la justicia, ya que muerto su esposo, que no era de los más culpables, no puede consentir que los verdaderos culpables se salven .- Que recuerda perfectamente haber visto durante los cinco o seis días que ella permaneció trabajando en la cocina del Seminario Enrique Jaso, Gumersindo Rodríguez, Francisco Guinde (Estos tres fallecidos) Guillermo de Santiago, el médico Losada, el farmacético Piña, el médico Darío Alvarez Limeses y, también el médico Alejo Diz Jurado. Todos daban órdenes relacionadas con el movimiento; así mismo manifiesta que una de las veces que estuvo allí el Dr. Alvarez Limeses, entró en la cocina del Seminario, acompañado por Jao (El padre) y otros, e hizo el comentario siguiente : "Esta comida está muy rica y mañana la vendremos nosotros a cenar aquí". La testigo dice que en el Seminario se fueron acumulando bombas de mano para defenderlo en el caso de que llegasen las tropas.- Preguntada si sabe donde se hacían las bombas, dijo: "Se hicieron en gran parte en la casa del Sindicato de la CNT, en el lugar de la Sarabia; y que las que las hacían entre otros su cuñado Emilio Costas (Fallecido); Antonio Seoane, "El Troucas" cuyo nombre ignora; José Alonso Martínez (Fallecido), el farmacéutico Piña; Manuel Romero, Serafín Fernández y su hijo Julio... Preguntada si sabía las personas que dirigieron el movimiento de resistencia -dijo- que por lo que vio y oyó en aquellos d´çias y los que le precedieron, considera elementos dirigentes, al Diputado Alonso Ríos, al Alcalde, Vicente de Santiago, Al médico Hermenegildo Losada, a los médicos Alejo y Darío, el farmacéutico Piña y el comerciante Romero.
DECLARACIONES DE TESTIGOS DE CARGO
Declaración de don Modesto Rodríguez Conde -Dijo :" Que le consta que los principales dirigentes del movimiento de rebelión contra las fuerza del Ejército, había sido el médico Hermenegildo Losada, Alonso Ríos; Diz Jurado; el alcalde de Tuy, Guillermo Vicente de Santiago, Francisco Guinde (Fallecido); Serafín Fernández, Enrique Jaso y Alonso Martínez (Fallecidos); el farmacéutico Ulpiano Piña, Manuel Romero y algún otro más significados como extremistas en aquella inolvidable semana trágica. De Alejo Diz, ha sido siempre el jefe de todos los movimientos subversivos en Tuy. Dirigió un ataque tumultuoso contra el Centro Republicano. _ De Guillermo Vicente de Santiago, además de su intervención destacada en este movimiento, dándo ordenes arbitrarias de saqueos, incautación de objetos y armas, con y sin vales, es un sujeto de pésimos antecedentes, como lo prueba el sumario que debe existir por delito de robo de valores.-Serafín Fernández, es sin duda otro de los destacados dirigentes, por que lo vi actuar como tal, entrando y saliendo en el Ayuntamiento en actitud de jefe. " Manuel Romero, a este le he visto con gran actividad cargando de su casa un camión de escopetas y armas de fuego...- Julio Fernández, dicen que es aún peor que su padre. "Enrique Jaso, buen discípulo de su padre, dando mítines por las parroguias con los hijos de Alejo, Cela y Limeses."
DECLARACIONES Y LECTURA DE CARGOS FALSOS Y CONTRADITORIOS
Resumiendo, entre declaraciones y lecturas de cargos : doscientas sesenta y ocho anotaciones. Buena parte de ellas preparadas por hombre crueles, que sin dar la cara, manejaban todo a su capricho, rencor y odio. Un proceso lleno de testimonios falsos y continuamente contradictorios, dándose forma a un voluminoso expediente, que en realidad es un engendro jurídico-militar que, merece conocerse, para que jamás se pueda repetir otra historia parecida de tenebrosos tiempos de juicios sumarísimos con horrosas condenas de muerte... Es necesario señalar que las numerosisimas e injustificables faltas de ortografía y de pontuación del expediente, tienen un sello : La incultura e ignorancia de buena parte de los militares golpistas.
Entre los muchos testigos de cargo, que reiteraban, más ó menos, las mismas acusaciones anteriormente reproducidas en boca de los ya nombrados abundan las vagas acusaciones y manipulaciones del terror "marxistas y comunistas", "que les parece", "que le dijeron", "que tenían pensado", "que iban hacer", "saco la impresión", "sin poder concretar", "facilitó", "consintió", "que se proponía". Evidentemente un largo rosario de palabras sin sentido serio, que nada probaron.
Aparte de los continuos oficios y denuncias del Jefe de Falange en Tuy, los que se destacaron por duras e infundadas y largas testificaciones contra los inculpados, entre otros muchos, fueron los siguientes: Francisco Baquero Pérez que, lo hace dos veces, una como particular y otra como presidente de la Cámara de Comercio; Manuel García Lastra, capitán de Infantería y miembro de la Comisión Gestora de los primeros días franquistas del Ayuntamiento; Raimundo Tapia Seoane, Abogado y Procurador y Manuel Cordovés Millet.
DECLARACIONES A FAVOR DE LOS ENCAUSADOS
Por otro lado hay que decir, que los encausados contaron con muchas declaraciones a su favor, pero la mayor parte reflejando el natural miedo y el terror de los momentos en que se vivía. Lo más fácil fue para muchos quedar glorificados declarando al dictado de los mismos jueces. Lo cierto es que las declaraciones de las personas serias y honradas no sirvieron en aquel momento para nada.
Algunos ejemplos. Sor María Teresa Ferreira ; declara conocer al doctor señor Diz, por ser médico de la Comunidad; que le trató siempre muy bien, con toda la bondad y generosidad, sin cobrarle nunca nada.
Don Eledio Izquierdo Balbuena, Administrador de Correos, que opina y afirma que don Darío es buena persona, de orden, que no lo conceptúa peligroso. Que Francisco Alonso Medela es un buen funcionario, trabajador y listo.
El Padre Cipriano do Vale dice no saber nada de las ideas y actividad política de don Alejo Diz; aunque hace muchos años oyó decir que tenía ideas republicanas. Que su opinión personal sobre el señor Diz es que se trata de persona respetuosa y muy caritativa, ya que siendo médico de la Comunidad y su Colegio su aistencia era gratuita.
Don Marcial Peralta Fontán, afirmó que Serafín Fernández Costas y su hijo Julio no pertenecian a la Izquierda Republicana, que no era una persona destacada. Que a su hijo lo consideraba un buen chico, incapaz de cometer actos de violencia y que, francamente lo consideraba como un niño, sorprendiéndole que esté detenido.-
Don Santiago Gómez Bargo, Veterinario Municipal, declara : "Que hace unos seis años que conoce al doctor Alvarez Limeses, que es médico de su familia y como persona le merece un inmejorable concepto".-
Don Jacinto Fernández Lago, afirmó que debia que manifestar, que debido a la volubilidad política del doctor Limeses carecia de prestigio e influencia entre los partidos de izquierdas y, por lo tanto, cree que, aún cuando hablasen de él y le recibisen en el Ayuntamiento, si es que iba por allí, no tenía ninguna influencia positiva. Respecto al doctor Alejo Diz, ha oído el testigo a los más destacados miembros del Centro Republicano su indignación, porque dicho señor intervino cerca del Gobernador Civil, por una detenciones de elementos derechistas de Tuy, que tuvieron lugar durante la primavera pasada. "Que conste, que desde este duceso las relaciones entre el señor Diz y los elementos extremistas quedaron, si no cortadas, por lo menos enfriadas."
Don Juan Alberto Espuch, Odontólogo dice: "Que considera al doctor don Darío Alvarez Limeses, una persona de orden y que cre que no tomó parte activa en los sucesos revolucionarios.
Don José Luis Pérez Hermida, dijo: " Que no considera elemento directivo de los sucesos revolucionarios al doctor don Darío Álvarez Limeses, que tampoco lo considera peligroso, debiendo manifestar en conciencia, es al que juzga menos peligroso, de las personas que se barajan como complicadas en los sucesos y, que no tiene ideología política alguna."
Don Estanislao Martín Argenta, dice: "Que conoce desde aniño a don Darío Álvarez Limeses y le considera como una excelente persona, no solo en el orden personal, sino también en su actuación política."
LA SENTENCIA
Todas estas declaraciones en favor de los detenidos, no sirvieron para nada, no fueron tenidas en cuenta. Después de todos los tramites naturales en un proceso : "Señalamientos", "Diligencia", "Providencias, "Declaraciones, "Apuntamientos", "Comparecencias", "Recusaciones," se realiza la Acusación Fiscal, La Defensa, el Consejo de Guerra y finalmente, la sentencia de muerte, autorizada por el General Jefe de 8º División, dando órdenes al Comandante Militar que, este daría al Instructor Teniente Rafael Pineda (3) para poder ejecutarla, contra los reos Alejo Diz Jurado, Darío Álvarez Limeses, Serafín Fernández Costas, Manuel Domínguez León, José Felipe Muñoz y Julio Fernández Fernández," la cual será cumplida a las seis y treinta horas del día treinta del actual, en la explanada que existe detrás del edificio destinado a Instituto, por un piquete de 18 artilleros al mando del Teniente de la misma arma, don Demetrio González Medrano. Tuy 29 de Octubre de 1936"
Con fecha treinta de Octubre de mil novecientos treinta y seis, la sentencia a muerte le fue comunicada por el Juez Instructor señor Pineda, enterándoles atodos los reos que la sentencia se cumpliría al día siguiente, a las seis y treinta, en la explanada de Santo Domingo.
Cesar de Santiago Fernández, licenciado en Medicina y Cirugía, Médico encargado de la Xesta Batería del 15 Regimiento Ligero, con residencia en esta ciudad, certificó : " Que habiendo asistido a la ejecución de la pena de nuerte en las personas de los reos Alejo Diz Jurado, natural de Tuy, hijo de Ignacio y Gerarda, de cincuenta años de edad, casado; Darío Alvarez Limeses, natural de Pontevedra, de cincuenta y ocho años de edad, casado; Serafín Fernández Costas, hijo de Vicente y Joaquina, natural de Tuy, de cuarenta y siete años de edad, casado; Manuel Domínguez León, hijo de Manuel y Secundina, natural de Tuy, de treinta y dos años de edad, soltero; José Felipe Muñoz, natural de Arenas de San Pedro, Avila, de veinte y dos años de edad, soltero y Julio Fernández Fernández, hijo de Serafín y Purificación, natural de Tuy, de veinte y cuatro años de edad, soltero. Resulta que dicha ejecución se llevó a cabo en la explanada que existe detrás del edificio destinado a Instituto, en esta ciudad, a las seis horas y cuarenta minutos del día de hoy; reconocidos posteriormente, se comprobó por el exponente la defunción de los precitados reos a conseuencia de los disparos sufridos en dicha ejecución. Tuy, treinta de Octubre de mil novecientos treinta y seis."
(1) Es necesario manifestar que la redacción de todas las declaraciones de los testigos, está recogida con la mayor exactitud de aquel proceso humillante y cobarde.
(2) Cuando se escribe la palabra "Fallecido," debiera escribirse "Vilmente asesinados en el monte ó en las cunetas de los caminos y carreteras," y, en otros muchos casos, se tendría que decir: "Sacados de sus casas ó de las carceles en la noche, haciéndoles montar en la triste camioneta "del amanecer," para terminar con sus vidas."
(3) El Juez Instructor, Rafael Pineda, fue persona que conocí perfectamente. Finalizó sus últimos años fumando colillas, que recogía del suelo; haciendo quinielas y, reclamando los aciertos de plenos, sin ser nunca correctos, ya que jamás entendió el procedimiento de las mismas. Pineda fue también Censor Militar en la Oficina de Correos de Tuy, del que se hacía todo tipo de cuentos jocosos...